jueves, 13 de mayo de 2010


Nuevamente me inunda una nostalgia fría y cruel,y resulta bastante complejo aparentar mis sonrisas cuando en mi alma no hay más que un torbellino que me conduce al vacío.
Me encuentro en un estado de letargo del cual rara vez despierto, a veces siento que no estoy realmente aquí, a veces me pierdo en los infinitos recuerdos y sólo despierto cuando alguna voz cálida me llama incesantemente para que regrese.
Siento como caen las lágrimas en mi interior como ácido que carcome todo lo que encuentra a su paso, ya no tengo lagrimas externas, sino que una tormenta acechando mi corazon, mi alma, mi espíritu...y puedo decir con honestidad que ahora sí no hay nadie, absolutamente nadie que pueda ayudarme a cargar esto; ni si quiera ese alguien que algunos pensaron que puede ayudar...no, ni siquiera esa persona.
Escuché muchas veces hablar de la otra mitad y he buscado y esperado sin nunca hallar la respuesta, sin nunca poder llenar ese vacío mortal que se carga como a una pesada cruz.
Ha llegado nuevamente un invierno a mi pequeño hogar, observo que todo está cubierto por espesa nieve, todo es confusión y sólo unos pequeño ojos alcanzo a distinguir observandome de lejos, como queriendo atacar y devorar la poca esperanza que me queda.

 Distancia Las palabras nos han distanciado, nuestros pensamientos nos han cambiado, nuestro entorno se ha modificado y ahora cada uno camin...