Las partículas se entrelazan
en una danza incesante,
los cuerpos tiemblan moviéndose
al compás de la música.
No hay cadenas,
solo dos almas liberadas al fuego eterno,
memorias ancestrales de miradas
y caricias perdidas en el tiempo.
Solos estamos,
solos en la infinidad del espacio,
donde las horas son como minutos
y los besos parecen pequeños fragmentos
de buenos momentos.
Nuestros universos se fusionan
ya no hay vida ni muerte.
Un big bang
de sensaciones
persigue las caricias
sin explicaciones.
El fuego,
el viento, el aire y la tierra
nos envuelven.
Juntos nos
extinguimos
en conversaciones sin palabras.
Mi alma se
diluye en tus brazos
y tus labios desgarran mi piel,
La respiración nos abrasa,
nos volvemos uno
y sin consciencia,
el infierno nos alcanza.