miércoles, 2 de enero de 2019

Yacen aquellas flores
llenas de olvido,
sin alma y sin tiempo.
En el frío invierno,
un lamento
sin razón ni sentido,
aplaude al viento.

Se humedecen los cristales,
con cada latido
cuando la ira
despierta al llanto
y el llanto
alza su cansado vuelo.


Se rompió

Sentí los vidrios romperse dentro de mí la vergüenza me inundó y empañó mis ojos, mi cuerpo sintió ese frío que inunda el alma de lo i...