Sentí los vidrios romperse dentro de mí
la vergüenza me inundó y empañó mis ojos,
mi cuerpo sintió ese frío que inunda el alma
de lo irremediablemente roto.
Salí corriendo del lugar,
no quería permanecer un momento más ahí,
había vidrios esparcidos por todos lados,
mis manos estaban manchadas de sangre
los cortes no dolían más que por dentro.
Me culpaba, sabía que habría un antes y un después.
Miraba a todos a mi alrededor, temblaba...
Necesitaba un abrazo para soldar mi alma solo un poco.
Doloroso despertar, todo era azul,
no sabía cuánto había estado ahí,
Mis ojos no soportaban la luz del sol,
mi vida entera era loza rota.
Se rompió el alma,
se rompió la infancia,
se rompió la inocencia...
Se rompió el amor
y quedó un frasco vacío, expuesto...dañado.
En algún lugar, mi alma niña aún deambula buscando esas piezas,
aún juega a armar ese pequeño rompecabezas,
todavía espera ese abrazo que junte todo y regrese la esperanza.
Algún día.
Copyright ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario